Un amigo campanillero nos intentó inculcar que en las coplas a la virgen tenemos la solución de la mayoría de los problemas cotidianos. Los años te enseñan a darte cuenta de que las palabras de ese hombre eran ciertas. Es el momento en el que descubres como se reza en la plazoleta. Y en la plazoleta se reza cantando y se pide Remedio cantando.
Los campanilleros son la voz del pueblo que busca remedio o que agradece haberlo encontrado en manos de la Virgen. Porque no hay rosarios llenos de Ave Marías que hablen con la virgen como hablan las coplas.
Pero los campanilleros no son nada si aquellos que aguardan la media noche para cantar tus glorias por todo el lugar, sin la señora que se acerca a ellos en la novena para pedirles que esa noche vayan a cantar a su barrio, sin el chiquillo que espera toda la tarde para que su madre lo lleve a la novena para escucharlos.
Así hermanos de la Virgen de los Remedios se reza en la plazoleta.
Con tus risas florecen los nardos
y con tu mirada les prestas tu olor
con tus manos remedias los males
y con tus bondades nos unes con Dios.
Mira, mira mi cara divina
que con mi hermosura enamoro a Dios
pide, pide hijo de mi vida
que cuanto me pidas te concedo yo.
En mi ermita me tienes presente
y siempre esperando que vengáis a pedir
el remedio para vuestros males
y tú no te acuerdas de que estoy aquí.
Soy cristiana y Aurora me llamo
mira que dos nombres tiene esa mujer
¿quién sería esa gran señora
que el nombre de cristo se quiso poner?
Ven te lo diré,
soy la madre del que vino al mundo
para redimirnos con su gran poder.
Cuando el alba apunta a Mairena
los campanilleros salen a cantar
por la madre del dios del remedio
tu gracia y tus dones belleza y bondad.